El Matadero de Omaha Beach...

El otro día estuve en el cementerio americano de la playa de Omaha, en Normandía. Allí yacen diez mil personas que fueron acribilladas en sus escarpadas costas, casi todas el seis de junio de 1944, el conocido como “Day-D”, en el momento de su desembarco.
Pues bien, como imagináis, el cementerio no deja de ser una alusión constante a la heroicidad de esos chicos y, más concretamente, a los Estados Unidos por la gran hazaña realizada allí contra el fascismo. Pero esto me hace pensar si verdaderamente se lo debemos de agradecer a los Estados Unidos o, individualmente, a los jóvenes que murieron en esa misión suicida contra el fascismo en la cual, el único objetivo que tenían era lograr entrar a la costa para, así, penetrar en Francia. Para mí, construir un recinto con el tamaño de dos campos de futbol lleno de cruces de mármol blanco relucientes, música fúnebre las 24 horas del día e infinidad de “atracciones” para el visitante no es lugar apropiado para honrar su memoria.
Desgranando el cementerio, destaco un gran friso que hay en su entrada que dice: “Toda persona de Europa debe de honrar la memoria de estos chicos, pues sin su gran esfuerzo realizado contra el fascismo, no conoceríamos a la Europa de hoy en día”.
Por una parte, llevan razón, ya que pensaba en esos chicos, que alentados y engañados por la voz de su superior, que no se encontraba en el frente, asaltaron terreno desconocido sin conocer lo que les esperaba. Pero mi primera reacción al verlo fue jocosa, burlesca, porque me pregunté cómo tenían la vergüenza de enaltecer la lucha (necesaria) contra el fascismo, cuando son ellos los que hoy están llevando a cabo un neo-fascismo, donde el petróleo y las riquezas ajenas son su motor.
Y me sigo preguntando: ¿les harán un cementerio especial a las víctimas de la guerra de Irak o Afganistán para vender que fueron los salvadores del mundo, y no un puñado de títeres de un gobierno al que solamente le importa su “supremacía” en el mundo al precio que sea?. No lo sé.