jueves, 17 de junio de 2010

La vida palomera es la vida mejor!!!


Aquí, en Belmez, la megaurbe donde paso el curso universitario es un lugar peculiar, no sólo por la gente que puedes encontrar aquí, sino también por la imposibilidad de encontrar algo que motive verdaderamente en él. Hay estudiosos de la materia afirmando que esto puede llegar a tener futuro, pero creo que es muy poco probable.

Pero esto no viene a cuento joder, que me voy por los cerros de Úbeda, lo que pasó es otra historia totalmente diferente...aquellas que tienen que ver con las ratas del aire, los bichos mas chungos de todo el espacio aéreo terrestre…Las Palomas…
Resulta que el martes pasado, cuando subía por la cuesta de la universidad, encabronado por el stress de los exámenes, tuve que pararme para mirar y a la vez no llevarme por delante a dos palomas que estaban impidiéndome continuar por mi camino. Me extrañó que no volasen despavoridas nada más ver a un tío “to” petado como yo, pero ni salieron por patas ni nada, es mas, creo que hasta hicieron el amago de hacerme un corte de manga.

Pues bien, esperando a que las ratillas voladoras salieran despavoridas me di cuenta de que a las muy hijas de su madre se la sudaba que un hombre de mi corpulencia se entrometiera en su camino. Tardaban más en cruzar la acera que dos viejecillas cargadas con las bolsas del Jamón, así que decidí tantearlas un poco…intenté espantarlas con los pies, toqué unas palmas, disparé cuatro escopetas y 100 metralletas y las cabronas seguían impasibles, así que viendo que no reaccionaban me dispuse a pasar de largo y apartarme de ellas sintiéndome el peor ser humano del mundo derrotado por dos Palomas llenas de mugre. Pero, ¿cual fue mi sorpresa?, pues que nada más retomar la marcha, la más corpulenta de las dos palomas, que podría ser la Zwarzenneger de las palomas giró su cuello y me echó una mirada escalofriante de esas que acojonan. Joder, me quedé paralizado, atenazado por el miedo a que me picara un ojo o con sus uñas me hurgase el hígado. Ni Clint Eastwood en “Gran Torino” acojonaba tanto como la paloma destructora esa, parecía querer decirme: ¿Tienes prisa?, ¿calor?, pues jódete que estoy yo, y ten “cuidao” a ver si me voy a cagar encima tuya…maricona!!, que me he quedado con tu cara pringao!. Eso es tener los huevos bien puestos si señor. Le faltó estirar el ala y darme un derechazo de muleta, y tratarme como un Miura.
El miedo se apoderaba de mí, no veía el momento en el que me iba a dejar en paz la paloma, hasta que su acompañante voladora(también de la especie voladora “rata del aire”) le arrulló algo como grugrugrugru…que seguro que quiso decir…(Vámonos que este está to jiñao) y se dispusieron a seguir su camino…

Yo creo que las palomas belmezanas tienen una gran similitud con los marines americanos. Hacen propio su dicho de “Nobody is left behind” y el colegueo que existe entre ellas no lo había visto nunca en el mundo animal…si el pobre de Felix Rodríguez de la Fontaine levantara la cabeza, seguro que le dedicaría un capítulo de su hombre y la Tierra a esta raza superior de Palomas…y eso es lo que he hecho yo…dedicarle unas líneas…Desde aquí les muestro mis respetos y les digo que vayan segura por las calles, que jamás me interpondré en sus caminos, por mi bien…Que grandes son…

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